Como me alegro que le gustara,
de vez en cuando me quedo un buen rato mirando los 850 de la vitrina, con mucha morriña, recordando esos años, cuando a mis 15 años le "mangaba" el 850 a mi padre y me subía por los caminos de la presa de Guadarrama con unos amigos para "hacer rallye" deciamos

, y siempre me pillaban, porque pinchaba, o quemaba la junta de la culata, o ..., mi padre mala cara durante una temporada y mi madre con sus charlas, porque su única preocupación no era el coche si no que me pegara un tortazo.
Ahora valoro lo buenísimos que son mis padres, y lo trasto que era yo:).
Se me salta una lagrimilla pensando la cara de tu padre cuando viera esa bonita reprodución y me has dado una buenisima idea.
Un saludo